Cuando los íconos turísticos dicen ¡BASTA!..

Yo siempre lo dije y todos me tomaron por loco. Y entonces, a cada cosa que decía, se burlaban. Pero hoy repito mis palabras más seguro de ellas y de su verdad: las cosas también tienen dignidad. Siempre estuve convencido de que cuando una calculadora cientifica solo es utilizada para revisar tickets de supermercado, aunque el ojo común no lo note, llora. Llora por un destino de descifradora de ecuaciones que nunca le llegó. ¿En cuánto dista su situación de aquel hombre de guerra que, ahora invalido por una bala, ya no puede seguir a sus compañeros al campo de batalla?. Mucho, es cierto, pero la analogía vale de todas formas.

Las cosas, objetos inanimados, que parecen inmutables ante la falsa omnipotencia en la que descansa la conducta del hombre. Falsa omnipotencia que nos hizo creer que los únicos seres que pueden llegar a sentir dolor, miedo, furia, envidia y demás tipo de sentimientos y emociones eran, primero, los seres vivos y dentro de ellos, los humanos como especie. (vease que al resto de los seres vivos se les concede el sentir dolor únicamente, y ni siquiera a todos). ¡¡Terible error!!.

Por suerte los hechos comienzan a darme la derecha. Y tras los hechos, ya muchos me pidieron perdón esta semana. Pero la saliva no se limpia tan fácil, enemiguitos míos.

Y si bien la raza humana toda (menos yo, claro) está envuelta en esta ilusión de omnipotencia existe dentro de ella una subespecie que lo está más: el turista. Y dentro del turista, el peor de todos: el turista cliché (para los nerdos: sería raza_humana/turista/turista_cliché) . ¿Que mejor imagen para describir el mundo de fantasia del humano que la de la persona que piensa que llevar una cámara al cuello los inmuniza del ridiculo?.

Ahora imaginense lo que han venido soportando los iconos turisticos a lo largo de los siglos, viendo pasar una tras otra generaciones de humanos que repetian los mismos chistes para la foto. Sísí, saben de que hablo: ¿Cuántos "¡¡mirá la mía!!" y otros chistes fálicos habrá tenido que soportar nuestro pobre obelisco desde su creación?. Por suerte la revolucion de las cosas parece querer tomar forma. Festejo el hecho. Claro, no podia empezar en otro lado que no sea Europa y mas precisamente, Francia.

Espero que esta chispa revolucionaria pronto se haga llama y que sea un reguero de polvora como en otros siglos. La Torre Eiffel ya dijo basta. Por eso os advierto turistas cliché: ¡GUARECÉOS!, porque el fin de SU mundo está cerca. YO lo soñé.


Inmolate por la causa, torre de picsa...Caeles encima